lunes, 20 de julio de 2009

"Agarra la carpeta que seguro te va pedir algo".Tantos años ya.


Yo lleva puesto un guardapolvo diminuto de color rosa. Ella también. La primera vez que la vi yo llegaba a los tres años y medio de edad, en cambio, ella- a quién presentaré en las siguientes líneas- ya poseía cuatro.
Mi pelo era lacio y aún no padecía de las grandes gafas rosas. Brenda si, es a quién menciono- adquiría también de fino pelo lacio largo sujeto con dos colas realizadas por su madre. En ese momento nos diferenciábamos en que en mi caso no paraba de llorar.
Así paso el año y con él, la sala rosa. Y transcurría al mismo tiempo también la niña más pequeña de edad y tamaño. Para todos inclusive hoy: Vanesita.
Nos trasladamos del color rosado al color turquesa, yo para ese tiempo ya no derramaba lágrimas (quién diría que después de grande por idioteces de personas existente en el planeta, lo haríamos juntas). Pero si era “agraciada” con unos súper lentes de color rosa claro. Ahora estarían de moda.
Los días se consumían como los meses y a la vez los años. Dejamos atrás los colores vivos para pasar a los oscuros; el azul y el marrón eran de la partida. No se si nos favorecían-seguro que no- pero nos acompañaron tanto tiempo.
Los años siguieron, crecimos, maduramos, y continuamos las tres. Diría hasta actualmente. Antes éramos cuatro pero por cuestiones de los aires y los cambios quedamos así. En fin; eso es otro tema que no incumbe.
Mejor sigo contando. Es que tengo tanta información en mi mente. Muchos cumpleaños(vestidas completamente de rojo), alegrías y tristezas.
Brenda era una chica estudiosa, inteligente- lo sigue siendo- a diferencia de mi (“Brenda agarra la carpeta que seguro te va a pedir algo”) con humor, y tan sarcástica como yo. Con una mirada penetrante, sincera, no se si la puedo describir. Es que me resulta difícil hablar de ella.
Al tiempo llegamos al secundario con el color azul que no nos abandonaba. Vanesita seguía siendo de igual manera la más inteligente del grupo. Y la que nos permitía ayuda en matemática y Brenda lo era conmigo en inglés. Luego del aburrido-y no tanto-colegio se ponía fin a una etapa. Pero, como siempre, creo que los finales son comienzos de cosas nuevas y mejores.
Yo no sabía si nos volveríamos a ver. Cada una estaba metida en los suyo: yo en mi medicina, ella en el arte y vanesita en su geología. Tal vez la tecnología nos volvía a encontrar: como ahora con el facebook. Te
aparecen todos: a los que querías y también a los que no soportabas; pero igual, como con la adultez uno se vuelve más sensible, los agregas a todos para saber de sus vidas y para no se que otra cosa.
Aquí no resulto lo mismo. Por suerte no se necesito de Internet para acortar distancia. Sólo se necesito de un teléfono de línea, un celular, y de 24 de mayo y añasco.
A Vanesita la perdimos un poco. Pero volvimos a encontrarla. Y sentimos que todo estaba intacto como hace veinte años.
De ahora en más no se que pasará. Pero miró el pasado y veo tanto. Y siempre la chica que anotaba toda en la carpeta estaba presente. Y reviso mi actualidad reciente-ya sin medicina y con comunicación social vigente- que también está. Eso se valora mucho. Y por sobre todo se agradece el aguante de tanto tiempo.
Nunca supe definir la palabra amigos. Siempre considere que esos “los elegidos” se cuentan con los dedos de las manos. Y esos mismos no sólo son los que se juntan a comer un veinte de julio, hasta a veces me parece ridículo.
Si no son aquellos, que los podes llamar y “joder” (que no creo que se moleste) en cualquier momento (siempre tengo el celular encendido un sábado a la madrugada-casi entrando en domingo), los mismos con los que hablas y te entiende, te aconsejan, y saben que en un gesto tuyo lo que tu rápida mente piensa.
Inexplicable son ellas.
Y eso es mi naranjo. Apodó que nació de una noche de té y una PC encendida.
Ah, la Brenda dejo serlo para pasar hacer Astrid (no viene al caso de decir Asterix) nada de fama y cambio de nombre, es el segundo desde su nacimiento.



1 comentario:

Rockultural Bluespace dijo...

El/Los verdadero/s amigo/s que nos da la vida (hermano/s que elegimos)nunca jamas te va a cuestionar nada, te va a aconsejar. Nunca jamas te va a criticar, te va a prevenir. Podes pasar mucho tiempo sin verlo, años quizas, pero con solo una mirada, sabe muy bien lo que te esta pasando y te entenderá. A veces la locura de esta vida, que nosostros elegimos llevar, nos conduce por caminos vertiginosos, y al mirar hacia los costados, entre todo el espectro borroso que la velocidad nos ofrece, la verdadera imagen que jamas se desdibuja es la de ese amigo que te espera, que te entiende, que te ayuda y que esta mas presente en malas que en buenas. Yo no creo tener un concepto claro, nitido y certero de lo que un amigo "es" en si, nadie creo que lo conozca en su totalidad, todos los dias aprendemos algo nuevo de ellos. Creo que la verdadera clave de conocer a un amigo es empezar por ser uno buen amigo con uno mismo. Aprendiendo a observar, escuchar dialogar y reflexionar. Y sobre todo saber compartir. Una humilde reflexion, para un tema que merece un gran lugar, en el podio de las cosas mas importantes de la vida de una persona.
Maxi.