miércoles, 20 de abril de 2011

Solo nosotros dos


Y un día volví…. Tranquilos no me esfume. Sigo acá, firme.

Paso tanto tiempo de mi último escrito. Estábamos con aquel intenso frío, ahora, en cambio, disfrutamos de las primeras temperaturas que se asemejan más a lo primaveral que al fuerte verano, que pronto se estará haciéndose presente.

Sucedieron demasiadas cosas desde que deje de escribir. La última vez que les hable era como en un tono de dolor, de tristeza, un corazón que parecía no encontrar salida.

En un rato de locura-si, no le cabe otra terminología a ese momento- tomamos la decisión de poner fin por un tiempo a lo que estábamos viviendo con Iván. Todavía no entendemos por que lo hicimos. No comprendemos el porque.

Solo se que discutimos por un tontera y que luego ésta se fue agrandando sin avisarnos. Lógicamente, optamos por el camino más fácil: el de tomar esa vendita “distancia”.

¿Por qué uno siempre se equivoca en estas cuestiones? ¿Nunca se aprende? Siempre se vuelve a cometer el mismo error.

A lo largo de mi vida logre tener algunos novios, pocos y obviamente había pasado por esta fea situación. Pero esta vez era distinto. Si, lo era.

Iván no es uno más del montón. Es aquel que encontré en un recital de Serrano y me di cuenta que por un instante se proyectaba toda mi vida del futuro.

Siempre descreí de los amores a primera vista, aunque, Ismael pregunte si acaso existen otros.

Mis relaciones anteriores-como muchos ya saben- fueron con gente que conocía desde hace bastante tiempo. De cada uno, aunque a decir verdad no fueron más de dos novios los que tuve realmente, me gustaban por conocerlos previamente, además de su belleza. Lástima que los conocía desde otro lugar, y ya con título de por medio no todo era lo mismo.

Por eso, pongo a Iván desde otra situación, ya sin saber quién era realmente presentía que era él. Sentía que sería el papá de Paloma, Joaquín o Catalina (los nombres que nos gustan para dentro de un futuro). No pensaba en casamiento, sino en una vida en conjunto, contraída de a dos. Por esos momentos todo me parecía utópico porque no estaba acostumbrada. Pero, con el tiempo eso que soñaba se estaba transformando en una realidad.

Luego, paso lo que escribí hace unas líneas atrás. Dos tontos, que buscan lo sencillo, lo cómodo y que se apresuran a encontrarlo. Así nos paso.

Pero, lo que también nos ocurrió que nos dimos cuenta que los problemas no tienen un solución rápida. Todo tiene su trabajo. El amor es un trabajo constante, donde hay que alimentarlo día a día.

Nosotros redescubrimos lo que significaba eso. Y aquí estamos llevando esa vida sencilla que queremos los dos. Viviendo tiempo al tiempo. Sin apresurarnos, tranquilos. Encontrándonos cada vez más todos los días.

Aunque parezca utópico, el amor siempre llega. De alguna manera, éste irrumpe en nuestras vidas y se queda. Muchas veces, puede pasar que se esfume. Lo que nunca sucede es que se olvide.

Me despido. Vuelvo en estos días. Iván manda saludos para todos. Promete prontamente un blog. Veremos que le sale de eso al publicista.

Por ahora, nos espera Costa Brava para disfrutar estos cuatro días. Saludos.

Acompañamos el escrito con un tema que de Joaquín Sabina que nos gusta tanto con Iván.

Mal escrito, por Rebecca

No hay comentarios: