martes, 11 de agosto de 2009

"Tarde de otoño:nunca le creas a una mujer"


Tres historias. Tres vidas diferentes, se juntan una tarde de otoño a tomar el té.
Leticia llega puntual, en cambio Julieta arriba diez minutos tarde o quizás menos que Carla.
Son tan distintas y tan iguales a la vez.
Una roza la línea de la perfección, otra el límite de la imperfección y bueno, Carla ya no sabe en que raya esta parada.
Siempre la situación es la misma; un té o una lágrima y un tema excluyente: hombres (si percataran el tiempo en que se pierde hablando de ellos, aunque mejor no levantar polvareda que ya bastan importante se “la creen”).
Para Leticia todo, pero absolutamente todo, es blanco o negro. No conoce los matices: es que nunca nada cambio de su rutina: Patricio cuando se despierta Patricio cuando se recuesta.
Todo es tan así…, diría Carla, inapetente (para ser claro, como bien ejemplificaría Julieta: “comida sin pizca de sal: abominable”)
Para Julieta resulta todo lo contrario (los hombres sirven para una sola cosa, lo demás es material para el descarte, ficticio y Susanita no es otra cosa que un personaje de Malfada). En ella conviven varias personas dependiendo de la semana o el mes: hace treinta días estaba Víctor; ahora eso ya es historia y el presente es Miguel, ¿aunque siempre se vuelve a lo primero? Puede que Víctor reaparezca cada tanto (y bueno “para pasar un grato momento sirve”).
Carla es el límite de ambas: corre de un extremo a otra: no piensa en el “hasta que la muerte nos separe” pero si en alguien para un rato. Tal vez meses, años: pero eso si nunca en la palabra rutina: esa no esta en su diccionario.
Leticia se desvive por Patricio, para ella todo es como una buena película de amor. En cambio Julieta adora las de acción y Carla también aunque en su hondo fondo quiere los finales felices.
El té, la lágrima las junta como lo realiza el tema excluyente: los hombres. En esas charlas siempre salen las mismas conclusiones: lo idiota que es la mujer ante estas situaciones, pero a la vez lo astuta que puede llegar a ser delante de un tonto hombre (¿a caso Miguel y Víctor saben que comparten la misma mujer?).
Carla hace dos meses que intenta “estar bien con alguien” ¿como es estar bien?: cine, teatro más comida y buen sexo?. Si hablamos en esos términos le sale bastante aceptable.
Como dije Leticia hace-o no mejor dicho-hacía lo mismo y le funcionaba bien. Ahora sólo es trabajo, casa, comer, mirar algo de la espantosa pantalla cuadrada, y sexo, pero no critiquemos “ella es feliz así”.
¿Y de Julieta que puedo decir?, ha que el sábado pasado asistió a la fiesta Brasilera realizada por un ex amante, devenido en amigo, y que la paso de maravillas.
Cada una a su manera lo disfruta y es feliz “a su estilo”. Son amigas hace más de treinta años, se conocen se respetan, se quieren y por sobre todo se entienden.
Y tal vez esa sea la causa de que hoy fuera corta la charla, que el té pase como un suspiro y el tema excluyendo quedara apartado: es que resulta que Leticia tenía que encontrarse con Luciano, a Julieta no le tocaba día ni de Miguel y menos de Víctor sino era día de Matías y para la adorada Carla era la hora con Gonzalo.
Ahora bien, si todos quieren saber que conclusión se sacó de la charla en una tarde de otoño; es la siguiente: “nunca le creas a una mujer”.

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