viernes, 13 de noviembre de 2009

Esa tal Verónica: ¿Lemon Pie o Torta de Queso?

La noche se fue provocando. El tinto pasaba sobre nuestros labios como si fuese agua, era una linda cosecha tardía (que bien viene como juego de palabras). Yo me dedique casi pura exclusivamente a disfrutar del momento aunque mi mirada estaba centrada en esa tal Verónica: era alta, o no se, normal, flaca, bueno tampoco una bailarina del Colón, el pelo color castaño, manos finas, un poco mal vestida (por no citar MUY mal vestida) y con cero cultura Folklórica o mejor dicho NADA: todavía me pregunto de donde lo conoció a Juan Pedro si ésta tiene menos onda de música nacional como yo de cumbia (si, la detesto gente).

En fin… el motivo-por ahora, después será otro- era saber de que agujero salió y para eso tenía a una aliada- o varias/os, mis primos ninguno la aguantaban demasiado- Clarisa. Ella fue la que me contó que la conoció en una peña que ella había asistido por casualidad (existiendo mil peñas justo en esa tenía que encontrarla) y que tenía cero cultura de malambo y demás, pero que ahora- para quedar bien con familiares y amigos era fanática de esa música.

Ya se que suena despechado o lo que fuese pero te aseguro que todo eso lo pensaba a la misma par que cantaba y tomaba alcohol. Esa noche no tome demasiado ya que no quería dar mal ejemplo, o a decir verdad no quería que una palabra se corra demás de mis finos labios (aunque: ¿no hubiese estado bueno gritarle todo a todo el mundo?).

Al rato de comer el rico asado llego el momento del postre. Inés había hecho su excito lemon pie y yo había realizado mi clásica torta de queso que todos adoraban (inclusive él, un verano me dijo que ese postre lo comerían nuestros hijos: ¡que lejos quedo eso!), bueno yo comencé a servirle a todos incluyendo a ella (obvio tenía que demostrar que la adoraba):

Yo- ¿Verónica comes torta de queso?

Verónica(la tal)-No, gracias no me gusta el queso.

Yo-Ah, perdón. Huy pero entonces con Juan Pedro estas perdida ama el queso.

Verónica (la tal)- Si, pero tanto no le gusta, no te creas lo conozco muy bien.

Ay como irritaba ese lo conozco muy bien…. ¿sería más que yo? Dudo.

Al mismo tiempo Inés seguía repartiendo también lemon pie, hasta que llega a él (yo suponiendo que diría que no: detestaba el Limón). Aunque fue ese momento en que mi di cuenta en lo poco que lo conozco o conocía, que se yo.

Juan Pedro- ¡Ay gracias Inés! ¡Esta riquísima!

Yo- Que raro… vos odias el limón: como cambia la gente ¿no?

Al cabo de un rato su rostro se volvió pálido y obvio de la torta de limón probó sólo dos bocados. Su tal Verónica le pregunto por que no comía más, a lo que contesto que estaba lleno, aunque yo sabía que no era esa la cuestión.

Poco después seguimos con las guitarras y todos los postres (o los restos) partieron a la heladera de Inés y Guillermo. Yo, de tanto darle a algunas sustancias líquidas tuve que asistir al baño, aunque en realidad era poder llamar a mi amiga Violeta, por que tenía la necesidad de contarle algo de lo que estaba sucediendo esta noche y ahí fue cuando justo que me estaba dirigiendo veo entre la cocina a un hombre comiendo desesperadamente; miro sólo por cuestión de chusmear y veo una imagen que supongo entra en las que más felicidad me han generado en vida: Juan comiendo fervientemente mi torta de queso. Mi cara era alegría pura.

Yo- ¿No era que ahora comemos torta de limón?

Juan P- Ehhhh….

Yo- Deja no me digas nada. Lo único comunicale a tu Verónica que no se si te conoce tan bien como me dijo….

Mañana vuelvo: por que no te imaginas lo que viene.....

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